sábado, 17 de noviembre de 2012

Ni me hables que tengo sueño...

Hola a todas hago esta entrada relacionada con un reportaje-experimento que pude ver en televisión hace unos días, donde una reportera vivía unos días con personas con insomnio, realizó una investigación de los trastornos en las personas que no pueden dormir y como éstos pueden afectar no solo a nuestro rostro, físicamente hablando si no que pueden trasformarnos en una persona muy diferente a lo que somos.

Dicen que una persona puede llegar incluso a morir si pasara 10 días sin dormir nada de nada, y me lo creo ya que pasar una sola noche sin dormir, puede afectarnos de tal manera que no podemos seguir con nuestra rutina habitual.

Las horas de sueño en cada persona son muy relativas, pero dormir de 7 a 9 horas diarias es lo que debiera ser normal, pero en muchas ocasiones y es estos tiempos que corremos puede ser muy difícil de conseguir.

El estrés, los problemas, los nervios, la mala alimentación pueden ser algunos factores que nos pueden dejar sin pegar un ojo en toda la noche, y si eso ocurre podemos olvidarnos de conducir e incluso de tener buenas relaciones con nuestro entorno, ya que nos cambios de humor y la falta de reflejos aparecen rápidamente cuando amanece.

No solo en el carácter y en los reflejos podemos ver signos evidentes de un mal descanso, si no que en nuestro rostro tenemos pruebas evidentes de la falta de sueño, ojeras, oscurecimiento de la piel, párpados caidos, ojos descolgados, y es inevitable intentar corregir estos signos, ya que ni el mejor corrector, ni el mejor maquillaje borrarán estas huellas.

Hay técnicas que nos ayudan a la relajación para combatir este problema tan habitual, evitar las cafeínas, un baño relajante antes de acostarnos, esencias naturales, masajes, etc

Me dejó muy impresionada el reportaje ya que la periodista se encerró para hacerlo durante 3 días con 4 personas mas en una casa con cámaras, grabando 24h, y sin poder dormir, les habían preparado juegos de mesa y actividades para no dormir durante este periodo, les hicieron fotos antes y después del encierro y me chocó muchísimo ver las fotos del después en su rostro, y no os podéis imaginar los cambios de humor, las malas contestaciones y lo poco sociables que estuvieron los reporteros durante el experimento.

Esta reflexión me lleva a pensar que el cuidarse y el estar tranquilas, el dormir lo que necesitemos no es signo de ser marmotas, es vital para el buen funcionamiento de nuestras vidas.

Espero que os haya gustado.



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